España, consumidora de turismo sexual pederasta
EP/Madrid
Save the Children ha denunciado recientemente que España se encuentra entre los países que consumen turismo sexual pederasta aprovenchando aquellos lugares en los que la legislacion al respecto es más «relajada».
Según datos de la organización, citados por la revista ‘Vida Nueva’, hasta 40.000 españoles realizan cada año este tipo de viajes. En esta línea, Unicef España ha señalado que, según la encuesta «Actitud de la sociedad española ante la práctica de la explotación sexual infantil en los viajes», realizada en 2006, el 10% de los 1.200 encuestados conocía a alguien que había viajado a un país «para tener relaciones sexuales con menores de edad».
Para luchar contra este problema, se elaboró en 1998 el «Código de conducta del sector turístico para la protección de niños, niñas y adolescentes contra la explotación sexual en los viajes y en el turismo», concebido por la ECPAT-Suecia (parte de la Red internacional contra la prostitución y la pornografía infantil y el tráfico sexual de menores).
Unicef y Save the Children realizan trabajos conjuntos junto a los gobiernos de los países donde están presentes. Save the Children ha trabajado en campañas de prevención y de apoyo para la formulación de planes «de tal modo que a nivel estatal haya medidas específicas de sensibilización y protección, pero también la promoción del trabajo de cooperación policial mundial».
Por su parte, Unicef ha trabajado con «eficacia» en algunos países como la República Dominicana –uno de los destinos preferidos de los pederastas españoles según indica Orjuela– y ha contribuido a cambiar las leyes en países que históricamente «han tenido fama de ser destino de turismo sexual infantil, como por ejemplo, Tailandia».
Asimismo, Unicef ha colaborado en la lucha contra el turismo pederasta en países no identificados habitualmente con este problema. Éste es el caso de Sudáfrica, un país en el que se actuó de manera preventiva durante la celebración del Mundial de Fútbol y en el que, según unos estudios previos, había entre 28.000 y 30.000 menores de edad, la mayoría con edades comprendidas entre los diez y los catorce años, «que podían estar inmersos en temas de explotación sexual».
Las ONG recalcan que la explotación sexual y comercial infantil existe porque «hay oferta y demanda», y uno de los mayores problemas para indagar en el problema y solucionarlo, tanto en España como en el resto de países, es que se trata de una actividad clandestina.
Save the Children comenta que se ha avanzado mucho en las legislaciones de los países, aunque advierte de que el número de víctimas «no disminuye», por lo que considera necesario «seguir trabajando y cooperando a nivel internacional, llevar a cabo políticas y programas sociales que fortalezcan a las familias para que tengan capacidad de respuesta y trabajar en el replanteamiento de muchas actitudes patriarcales y las formas de ejercicio que vulneran los derechos de la infancia».