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La tasa de mortalidad infantil se reduce en cuatro millones desde 1990

16 de septiembre de 2015 | Todas

Una investigación llevada cabo por el Overseas Development Institute estima que desde 1990 mueren cuatro millones menos de niños y niñas menores de cinco años. Otro dato de este estudio refleja que 56 millones más de niños y niñas se matricularon en la escuela entre 1999 y 2009 y 131 países ya cuentan con más del 90% de cobertura en vacunar para enfermedades como la difteria, el tétanos y las principales enfermedades infantiles, como el sarampión, en comparación con solo 63 países en 1990.


Algunos de los factores que hacen mejorar estos datos han sido el compromiso y el liderazgo de los gobiernos nacionales, la inversión social y el crecimiento económico, los programas bien planificados que se dirigen a los grupos más marginados, la tecnología y la información. El informa elaborado por Overseas Development Institute también  pone de manifiesto que la ayuda al desarrollo funciona mejor en coordinación con estos factores, pero también puede llenar vacíos cuando alguno de los factores falla.


Hasta ahora, los países subsaharianos de África han sido los que han recibido gran parte de la ayuda humanitaria durante la última década. Esto ha provocado que los mayores avances en la mejora de las vidas de los niños y niñas se haya producido en estos países en los que la tasa de mortalidad se ha reducido en un mayor porcentaje respecto a los países que menos ayuda han recibido.


“Todo esto demuestra claramente el impacto positivo de la ayuda bien dirigida, que se alinea con las estrategias de los gobiernos nacionales. Millones de niños y niñas están sobreviviendo a su quinto cumpleaños gracias a la ayuda al desarrollo, el crecimiento económico y buenas políticas. Cuando se dan lagunas en la financiación, por ejemplo para la educación primaria o la salud infantil, la ayuda al desarrollo puede marcar la diferencia” explica Lucía Losoviz, Responsable de Programas Internacionales de Save the Children.


La investigación muestra cómo Botswana, por ejemplo, experimentó un descenso de niños y niñas nacidos con VIH/SIDA gracias a un programa para reducir la transmisión madre-hijo, financiada por ayuda al desarrollo. De forma similar, en Bangladesh se ha reducido la mortalidad infantil gracias la inversión en salud de niños y niñas por parte de agencias internacionales y gobiernos.


Todo este informe descata los avances logrados en los últimos 20 años, pero también muestra los retos existentes. Se ha avanzado de forma especialmente lenta en los países afectados por conflictos y la desigualdad sigue siendo una constante y, en algunos casos un reto.


Respecto a la mortalidad infantil global, sigue siendo elevada – 7,6 millones de niños y niñas menores de cinco años murieron en 2010 – y aunque el número está descendiendo, aún hay 171 millones de niños y niñas con retraso en su crecimiento en todo el mundo. La crisis económica y los recortes a los fondos ponen en riesgo el avance en el trabajo contra el VIH/SIDA y la desnutrición.


El estudio demuestra que los avances son posibles y refuerza la importancia del compromiso político con la ayuda al desarrollo. De esta manera, ONGs como Save the Children, lamenta los drásticos recortes que el Gobierno de España ha hecho en materia de Cooperación para el Desarrollo y pide un gran esfuerzo estratégico para que la cooperación española contribuya de manera eficaz a salvar y a mejorar las vidas de millones de niños y niñas en todo el mundo.


En definitiva, se han conseguido importantes avances en la mejora de condiciones de vida de los niños y niñas durante las dos últimas décadas, aunque aún quedan objetivos por cumplir:


• En 2010 murieron 12.000 niños y niñas menos al día que en 1990.
• El daño físico y psicológico causado por la desnutrición se redujo de un 45% a un 28% en los países en desarrollo entre 1990 y 2008.
• Menos niños y niñas se infectan con el VIH o mueren a causa del SIDA.
• Se están registrando más niños y niñas al nacer y los índices de matrimonio infantil y trabajo infantil en condiciones de explotación han descendido en muchos países.