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A pesar del crecimiento económico de la última década, la pobreza no disminuye

16 de septiembre de 2015 | Todas

MADRID.-EP La pobreza y las desigualdades no disminuyeron en la última década en España pese al crecimiento económico, según se desprende del ‘VI Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España 2008’ presentado en Madrid y en el que se hace una radiografía de la realidad social de nuestro país entre 1994 y 2007.


   El estudio recalca que «por primera vez en las últimas cuatro décadas», ni la desigualdad ni las situaciones de pobreza monetaria se han reducido en un contexto de crecimiento económico. «El proceso de modernización económica de las dos últimas décadas, que permitió un importante recorte de las diferencias respecto a los niveles medios de renta de los países más ricos, no se ha traducido en mejoras de los hogares con menos recursos», añade.


   Así, y según explicó director ejecutivo de la Fundación Foessa y secretario general de Cáritas Española, Silverio Agea, la cifras de pobreza en la última década «se mantienen en el 19,7 por ciento» (8,5 millones de personas), situándose la pobreza severa entre el 3 y 4 por ciento (1,5 millones).


   Para Agea, esta situación describe «un déficit estructural de distribución a los sectores más vulnerables de la sociedad de los bienes y servicios necesarios para garantizar el pleno ejercicio de los derechos sociales».


   A lo largo de más de 800 páginas, el informe hace un diagnóstico de la situación social actual al señalar que la precariedad «alcanza a una amplia capa social», y que la exclusión social «es una realidad constatada en más de un 17 por ciento de los hogares españoles, y que las situaciones de exclusión severa afectan a un 5,3 por ciento de los hogares».


MAYORES, INMIGRANTES Y NIÑOS, LOS MÁS AFECTADOS


   Asimismo, la investigación revela que existen grupos de población que hoy en día son «considerablemente más vulnerables» que al principio de los años 90. Es el caso de las personas mayores, «cuyas tasas de pobreza superan las de la media de la población y que se han visto afectados por la incapacidad del sistema de prestaciones para acercar el crecimiento de sus rentas al de la media», recoge el informe.


   Además, indica  que la tasa de pobreza infantil en España no sólo es mayor que la de la media de la población –uno de cada cuatro niños vive con rentas por debajo del umbral– sino que es una de las más altas de la Unión Europea. «Esta realidad es especialmente visible en el caso de los hogares monoparentales o de las familias numerosas», añade. Por sexos, destaca «la persistencia» de tasas mayores de pobreza en el caso de las mujeres que de los hombres.


   El estudio analiza también la emergencia de la inmigración como uno de los colectivos «con mayor riesgo» de pobreza, y constata que varias nacionalidades «duplican las tasas de pobreza de los ciudadanos españoles y casi las triplican en el caso de la pobreza extrema».


   Los resultados confirman que España registra «un alto porcentaje de pobres transitorios», en comparación con otros países que tienen niveles similares de pobreza e, incluso, con aquellos que registran tasas de pobreza más altas. Los datos del Informe indican que los contratos temporales suponen un incremento de la probabilidad de experimentar pobreza no sólo a corto sino también a medio y largo plazo.


DIFERENCIAS TERRITORIALES


   En lo que se refiere a la incidencia de los niveles de desigualdad a nivel estatal, el estudio demuestra que existe un grupo de Comunidades Autónomas que destaca por presentar niveles de desigualdad «considerablemente inferiores» al conjunto nacional. En este grupo se incluirían Navarra, País Vasco, Murcia y Castilla-La Mancha.


   En otras regiones, por el contrario, el proceso distributivo interno se ha traducido en niveles de desigualdad que superan el promedio nacional. Se trata de regiones como Andalucía, Canarias, Cantabria y Madrid.


   Ante esta situación, uno de los autores del informe, el profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Luis Ayala, manifestó que el crecimiento económico de los últimos años «no se ha plasmado» en la cohesión social y apuntó que las políticas dirigidas al respecto son «menores que en otros países, decrecientes y limitadas». «No tenemos la protección social que nos merecemos con respecto al PIB», agregó.


   Por su parte, el otro autor y profesor de la Universidad Pública de Navarra, Miguel Laparra, lamentó «la debilidad» de los procesos de integración social, «que el Estado del Bienestar debería garantizar». En este sentido, señaló que el modelo de bienestar de España «es de baja calidad» y «débil». Sobre los efectos de la crisis económica, dijo que si no se cambia el modelo social, «la exclusión social va a crecer». «Hay que repensar el sistema de protección social para crear una sociedad más cohesionada», concluyó.


   La Fundación Foessa se constituyó en 1965, con el impulso de Cáritas Española. Ha publicado diversos estudios sociológicos y cinco informes sobre la situación y el cambio social de España, que vieron la luz, respectivamente en 1967, 1970, 1975, 1980-83 y 1994.