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El Nobel de la Paz silenciado por China

3 de julio de 2017 | Defensa derechos humanos
Le impusieron once años de prisión en 2009 como culpable de subversión (Facebook)

Le impusieron once años de prisión en 2009 como culpable de subversión (Facebook)

El activista por los derechos humanos y premio Nobel de la Paz  Liu Xiaobo volvía a ver la luz del sol apenas hace una semana. Las razones de su excarcelación no han sido positivas. De la cárcel, fue trasladado al hospital de Shengyang, al noreste de China,  debido a un cáncer de hígado en estado terminal.

Pese a la alegría por la excarcelación, la noticia de la enfermedad de Liu ha resultado frustrante para muchos de los defensores de los derechos humanos en China. Una situación lo suficiente delicada que se acrecienta dada a la situación que sufre Liu Xia, la mujer del premio Nobel, que se encuentra bajo arresto domiciliario en Pekín desde la detención de su marido.

El escritor Bei Ling, un disidente chino que vive entre Taiwán y Estados Unidos y director del China Independent Pen Center, una organización que vela por los derechos humanos de los escritores, ha sido el impulsor de la campaña del PEN, que pide la salida de China del premio nobel de la paz encarcelado desde 2009 por exigir reformas democráticas que además padece un cáncer terminal.

A este llamamiento, se han sumado numerosas personalidades, entre ellas más de 150 premios Nobel,  desde Philip Roth a Salam Rushdie o Margaret Atwood. Exigen al presidente Hi Xinping a través de una carta que permita que Liu Xiaobo reciba tratamiento médico en el extranjero.

A pesar de ello, parece que China se niega a que el escritor abandone el país llegando incluso, a modo de propaganda y justificación, a publicar vídeos en el que se observa al disidente haciendo ejercicio en prisión, alabando a los carceleros y sonriendo en un hospital.

Aunque la realidad tanto para Liu como para su esposa es muy diferente. Liu Xia padece depresión una vez trasladaron a su marido a la cárcel, y no le ha podido ser concedido ni un único día para ver a su marido, aun sabiendo que estaba enfermo y que sufría de un cáncer terminal.

Las preguntas entre sus allegados no cesan. ¿Por qué han tardado tanto las autoridades judiciales en autorizar la puesta en libertad-condicional- de Liu? Solo hay que recordar la ceremonia en la que se le concedía el Nobel de la Paz en Oslo, donde su lugar estuvo representado por una silla vacía. Entonces, el Gobierno censuró en internet el término “silla vacía”, seguido del nombre del disidente.