Unicef y la Fundación Pere Tarrés alertan sobre la situación que viven muchos jóvenes inmigrantes en España
Según un informe presentado por Unicef y la Fundación Pere Tarrés, uno de cada cinco menores de edad de origen inmigrante, más de 205.000 (el 22% de los 970.000 que residen en España), subsiste en una situación marcada por la falta de comida para alimentarse y tener un buen desarrollo. El paro forzoso de los progenitores de la mayoría de estos niños y la carencia de medios en un hogar empobrecido provoca que muchos inmigrantes en edades tempranas tengan que acudir a la escuela sin desayunar o sin ducharse porque no disponen de comida o agua en su hogar.
Esta situación se traduce en la existencia de cientos de miles de jóvenes sin garantías para acceder a derechos fundamentales como son la alimentación y la educación. Desde Unicef denuncian esta situación y reclaman, como ya lo han hecho diversas ONGs, que la infancia sea una de las prioridades de la agenda política.
Una de las principales preocupaciones ante esta situación es la amenaza que rodea a todos estos jóvenes afectados por la pobreza de ser víctimas de un círculo vicioso provocado por el fracaso escolar y las faltas de oportunidades. La calle, el tabaco y la bebida pueden convertirse en compañeros y enemigos de estos jóvenes que no ven otra salida a su situación y a su vida. Una dinámica que puede derivar en bandas juveniles que destacan por su conflictividad y violencia.
Desde Unicef avisan de la necesidad de tratar de mejorar la situación de todos estos niños y adolescentes y evitar los recortes presupuestarios en políticas sociales que sólo pueden empeorar la situación de unos jóvenes abandonados hasta cierto punto a su suerte.