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Un proyecto de producción comunitaria mejora la consideración social de miles de mujeres en India

16 de septiembre de 2015 | Todas

Desde 2002, Global Humanitaria y la ONG india BSSK impulsan en el Estado de Bengala Occidental un proyecto de Grupos de Autodesarrollo que implica a más de más de 4.000 personas de escasos recursos en 384 comunidades. Estos grupos, integrados principalmente por mujeres, han puesto en marcha huertos comunales en los que se reparten las labores agrícolas y los beneficios. Los grupos también impulsan pequeños negocios particulares para la cría de ganado, acuicultura y apicultura, entre otros. Otras mujeres se dedican al bordado de los saris o al tejido de alfombras.



Las desigualdades en el estatus social ancladas en la cultura dificultan el acceso de las mujeres el acceso a derechos básicos, como la Salud y la Educación, en una sociedad como la India, fuertemente machista. Una mejora en su consideración social mediante proyectos productivos comunitarios es una vía para la mejora de su estatus social y de sus condiciones de vida.



A lo largo de estos primeros años de proyecto, los integrantes de los grupos han adquirido conciencia de la importancia del ahorro, e incluso algunos de ellos han puesto en marcha pequeños negocios de su propiedad mediante créditos que les han otorgado el conjunto de integrantes del grupo a un interés muy bajo. También, para otros asuntos, han podido acceder a créditos del grupo en estas mismas condiciones.



“Estos grupos han contribuido a la mejora de la salud de estas mujeres en la medida en que también han mejorados sus condiciones económicas y ello ha hecho posible, por ejemplo, que puedan proveer, para ellas y sus familias, una comida decente”, confirma Kishore Paudel, coordinador del Programa de Grupos de Autodesarrollo.



Involucrar a los hombres



“Justo al principio del proyecto, -en 2002-, a los hombres de las comunidades les molestaba ver a las mujeres atendiendo a las reuniones y se reían de ellas públicamente al verlas apresurarse para llegar a las reuniones”, recuerda el coordinador del programa.



La experiencia de los Grupos de mujeres ha acabado por involucrar también a los hombres, que han acabado por organizarse en grupos masculinos en otras comunidades (un 11% del total de grupos) o incluso se han integrado en grupos mixtos con las mujeres, en lo que supone un cambio de mentalidad notable.



Paudel considera que uno de los logros principales de los grupos de autoayuda es que “los hombres han empezado a escuchar a las mujeres miembros de los grupos y involucrarlas en trabajos de preparación comunitaria, de modo que en bastantes casos ya se toman en serio sus consejos y sugerencias.”



En la India, según el Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, el porcentaje de mujeres adultas alfabetizadas no llega al 50% -frente a un 73% de los hombres- y en muchas zonas rurales la alfabetización de mujeres es prácticamente nula.



Más niñas en la escuela



Sin embargo, en las zonas adonde han llegado los grupos de autoayuda está aumentando paulatinamente el número de niñas que asisten a la escuela, y la mayor capacidad de ahorro de las mujeres se traduce también en un mayor control sobre las prioridades de inversión familiar, lo cual beneficia también a las niñas.



A consecuencia de este proyecto, el coordinador de los grupos constata un incremento en las interacciones y relaciones entre grupos de mujeres, “que antes estaban confinadas a sus casas y hogares y que apenas salían de ellas”, y anticipa otros efectos futuros de esta situación: “Las mujeres adultas acaban de estrenar sus posibilidades sociales y desean interactuar más con otras personas, pero se sienten un poco inseguras a causa del analfabetismo”. Paudel concluye: “Estamos seguros de que, en los próximos años las mujeres desearán mejorar también sus condiciones de Educación.”