Siria: cinco años de horror
Hoy hace cinco años que comenzó la guerra en Siria. Cinco largos años en los que miles de personas han tenido que abandonar sus casas y otras tantas han perdido la vida en un cruento conflicto que parece no llegar a su fin.
Con motivo de este triste quinto aniversario, organizaciones como Amnistía Internacional, Save the Children, Comisión Española de Ayuda al Refugiado y Oxfam Intermón hacen un llamamiento para que la comunidad internacional tome medidas que protejan a la población civil y acabe con la impunidad a los crímenes de guerra.
Desde que comenzara el conflicto, en 2011, más de 250.000 personas han fallecido de forma violenta (según datos de la ONU). Más de 11 millones de personas, entre ellos 7 millones de sirios, han tenido que abandonar sus hogares, muchos de ellos huyendo a Europa y pasando auténticas calamidades en el camino.
Al menos 7,5 millones de niños han sido afectados por la guerra y han visto cómo morían sus familiares, sus casas eran destruidas o, simplemente, tenían que huir. Además, unos 250.000 niños todavía siguen viviendo en áreas sitiadas de Siria, por lo que el acceso a comida, medicamentos o agua potable es escaso y, además, los bombardeos son frecuentes.
Miles de personas han muerto torturadas y los crímenes de guerra y contra la humanidad se han convertido en algo generalizado y, normalmente, quedan impunes.
Todas estas organizaciones tienen algo en común: la comunidad internacional no está haciendo lo suficiente para poner fin a este conflicto, a pesar de las resoluciones que aprobó la ONU con el fin de garantizar la protección y asistencia a la población en Siria.
Estas organizaciones piden que:
– Todas las partes del conflicto pongan fin a los ataques contra la población civil.
– Se pongan fin a los asedios que bloquean el acceso a comida, medicamentos o agua a los civiles.
– Se permita el acceso a Naciones Unidas de la ayuda humanitaria.
– Se libere a los secuestrados o detenidos que hayan sido encerrados por manifestarse pacíficamente.
Además, se pide que se embarguen las armas a Siria y que la comunidad internacional comience a reasentar, al menos, al 10% del total la población siria refugiada.
«Si no se toman medidas urgentes -añade Andrés Conde, director general de Save the Children- se corre el riesgo de perder a toda una generación de niños y niñas en Siria, donde cinco años después del inicio de la crisis más de dos millones de menores no van a a la escuela».