Los niños de Latinoamerica rompen el silencio de la violencia
World Vision, junto con otras organizaciones, ha elaborado un estudio para analizar la violencia que se ejerce contra los menores en América Latina y para conocer las opiniones y percepciones que los niños y adolescentes tienen sobre todo tipo de violencias y sus consecuencias.
“Violencia es pegarle con palos a los hijos, poner cucharones en la estufa para quemar a los niños, golpes en la cabeza, ofensas como: eres un inútil, eres un payaso, tú no sabes nada, eres un bruto, decirles malas palabras, ofensas verbales”.
Con estas palabras, los adolescentes, niños y niñas negros y mestizos de Panamá describen que entienden por violencia. Como ellos, otros 1.800 niños y niñas de 17 países latinoamericanos participaron de la consulta que se elaboró como parte del estudio “Violencia contra niños, niñas, adolescentes en América Latina”.
El estudio, realizado en el marco del Estudio Mundial de las Naciones Unidas, tiene como objetivos mostrar la realidad de la violencia del subcontinente, darle voz a los niños y niñas para que se expresen sobre el tema y proponer recomendaciones a los gobiernos.
De acuerdo con el profesor Sergio Pinheiro, encargado por las Naciones Unidas para dirigir el estudio, el informe está “basado en los derechos humanos de los niños a recibir protección contra todas las formas de violencia, está dirigido a promover acciones para prevenir y eliminar la violencia ejercida contra los niños en el ámbito internacional, regional, nacional y local”.
La consulta que se hizo entre los menores dejo al descubierto datos significativos como que las agresiones verbales, el maltrato físico, la violación y el acoso sexual están señaladas en todos y cada uno de los países. Sin embargo, en las consultas de México y Centroamérica, por ejemplo, las niñas y niños de las áreas urbanas hablaron más de la violencia sexual que los del área rural.
Muchos testimonios se refieren a la violencia familiar como una forma de violencia hacia ellas y ellos, “(…) los niños sufren porque no quieren que peleen los padres, algunas veces les va mal en el colegio y bajan las notas porque siempre están pensando en las peleas” -señalan varias niñas en Chile-.
Diversos grupos de niños identificaron como violencia el hecho de que se les obligue a trabajar, que no se les permita asistir a la escuela, que se les deje encerrados y que no se les alimente. Asimismo, identificaron como una forma de violencia la discriminación por origen étnico, por discapacidad o por el color de la piel.
El estudio constata que la violencia en América Latina es una realidad que cotidianamente acaba con la vida de miles de niños, niñas y adolescentes y que dejar secuelas irreversibles para miles de ellos. Por esto, entre otras, llega a las siguientes conclusiones:
Es esencial contar con políticas integrales que se orienten a erradicar sus factores estructurales, con un enfoque esencialmente preventivo, superando el abordaje de sus consecuencias y de medidas exclusivamente represivas.
La prevención se debe iniciar desde la más temprana infancia. Es esencial además, la adopción de medidas que conduzcan a disminuir las grandes inequidades.
No se puede posponer la necesidad de políticas para el apoyo integral y el fortalecimiento de las familias; la generación de empleos dignos para las personas adultas; erradicar la pobreza extrema; promover la formación y sensibilización de padres y madres de familia sobre prácticas alternativas de educación y disciplina. Ha llegado la hora de pasar a la acción y del discurso a los hechos.
Los países de la región, no solo cuentan con una legislación positiva, sino que tienen a disposición numerosas experiencias y conocimientos valiosos que permiten a los Estados disponer de herramientas para cumplir con el compromiso de avanzar hacia la erradicación de los factores que están incidiendo en las altas tasas de violencia contra los niños, niñas y adolescentes que se registran en la región.