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Las niñas soldado, excluidas de la reinserción

16 de septiembre de 2015 | Todas

El uso de niños y niñas soldado continúa siendo una realidad. La lucha contra este fenómeno forma parte de las agendas políticas de Naciones Unidas, especialmente del Consejo de Seguridad. Al menos 104 países han ratificado el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de menores en conflictos armados, que entró en vigor el 12 de febrero de 2002; se ha avanzado en la lucha contra la impunidad, el Tribunal Especial para Sierra Leona y la Corte Penal Internacional han dictado órdenes de arresto contra personas acusadas de reclutar a niños y niñas.

Sin embargo, tal y como recoge Save The Children, miembro de la Coalición Española Para Acabar Con la Utilización de Niños y Niñas Soldado “existen suficientes instrumentos internacionales para erradicar este uso, sin embargo es el momento de pasar a la acción y de que estas herramientas sean realmente útiles para lograr este objetivo”. El reclutamiento de niños y niñas soldados es aún un reto para la comunidad internacional. Decenas de miles de niños y niñas siguen siendo utilizados en conflictos armados en más de veinte países, tanto por grupos armados como por fuerzas armadas.

De los 300.000 menores que se calcula están vinculados a conflictos armados en todo el mundo, el 70% son reclutados por grupos armados. Y del total de menores soldados, el 40% son niñas. Algunos de los países con mayores tasas de niños y niñas soldados, como República Democrática del Congo, Uganda, Sri Lanka o Filipinas, han ratificado el Protocolo Facultativo. Un caso especial representan las niñas soldado, que son reclutadas, al igual que los niños soldado, tanto de forma voluntaria como a la fuerza. Luchan en el frente, cocinan, limpian en los campamentos, espían, saquean, llevan a cabo misiones suicidas y hacen incursiones en campos minados como detectores humanos. Además de esto, muchas niñas sirven como esclavas sexuales a los comandantes y sufren todo tipo de abusos.

Para la Coalición Española, “las niñas reclutadas, con demasiada frecuencia resultan invisibles y son discriminadas, y excluidas de los procesos de desarme, desintegración, rehabilitación y reintegración. Además cuentan con unas necesidades especiales que en muchos casos no son tenidas en cuenta en dichos programas”.

Las que padecen violencia sexual quedan expuestas a contraer enfermedades de transmisión sexual, VIH/Sida, y a quedarse embarazadas. En algunos casos son obligadas a tomar anticonceptivos desde los 12 años. Algunas niñas son madres, otras han abortado, voluntariamente o no. Y en muchas ocasiones las comunidades rechazan a las niñas que regresan a casa después del conflicto, lo que se agrava cuando vuelven embarazadas o con bebes. El estigma que sigue acompañando a la violencia sexual y el temor de denunciarla impiden que algunas víctimas tengan acceso a los servicios médicos y de atención psicológica necesarios.

La Coalición Española ha denunciado la existencia de niñas en grupos armados al menos en: Colombia, Timor Oriental, Pakistán, Uganda, Filipinas, Sri Lanka, Sierra Leona, República Democrática del Congo y África Occidental .