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La ONU abandona la zona de conflicto de Sri Lanka

16 de septiembre de 2015 | Todas

Colombo – Reuters/EP.- El último grupo de personal de la ONU que permanecía en la zona de conflicto en Sri Lanka ya ha abandonado la región y ha llegado a salvo a la zona controlada por el Ejército después de que el Gobierno ceilandés dijera a los cooperantes que se marcharan del norte de la isla como medida temporal de precaución.

Un convoy de diez trabajadores humanitarios ha sido trasladado al puesto de control de Omanthai, situado a unos 265 kilómetros al norte de la capital, Colombo, después de conducir durante horas por una carretera habitualmente afectada por los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y la guerrilla de los Tigres para la Liberación de la Tierra Tamil (LTTE).

«Están a salvo», confirmó el portavoz de Naciones Unidas en Colombo, Gordon Weiss. El Gobierno del presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, había ordenado a todas las agencias humanitarias que abandonaran la zona norte de la isla el pasado 9 de septiembre debido a la intensificación de la ofensiva militar contra las instalaciones del LTTE en la ciudad de Kilinochchi, donde tenía su base el equipo de la ONU.

Autoridades militares señalaron hoy que los cooperantes se encontraban muy cerca de los objetivos del Ejército en Kilinochchi, principal base de los Tigres Tamiles después de que perdieran sus posiciones del este del país.

Los residentes de la zona habían mantenido bloqueada la oficina de la ONU en Kilinochchi desde que el grupo de personal de la ONU intentara abandonar la zona mientras los bombardeos se acercaban a la ciudad, explicó Weiss.

«Esperamos que (nuestra salida) sea temporal para que podamos llegar a la gente. Lo que sabemos es que es peligros para nosotros cooperar en este momento y nuestras operaciones se están viendo asfixiadas por el conflicto», añadió Weiss desde Colombo.

La guerra civil en Sri Lanka se ha visto recrudecida en los últimos tres meses en la línea del frente de costa a costa del norte de la isla, lo que ha provocado, según las organizaciones humanitarias que operan en el país, entre 70.000 y 85.000 desplazados.

Aunque no de forma pública, estas organizaciones temen que el Gobierno no pueda ocuparse de las aproximadamente 160.000 personas que han tenido que abandonar sus hogares desde la fallida tregua de mediados de 2006.

En un encuentro con periodistas extranjeros, el presidente ceilandés explicó que la orden de que los cooperantes abandonaran sus puestos fue dada para facilitar seguridad a estos grupos mientras el Ejército parece estar más cerca de acabar con una de las guerras más largas de Asia.

Los Tigres Tamiles se alzaron en armas en 1983, año desde el que luchan por un estado independiente en el norte y el este del país para la minoría tamil.

Según el mandatario ceilandés, la orden de sacar a las ONG de la zona de conflicto es una «medida a corto plazo» y que «pronto podrán estar de vuelta», aunque prefirió no fijar un calendario concreta para el regreso.

Rajapaksa también remarcó que la medida no se trata de un paso previo para incrementar el número de operaciones de combate, pero afirmó que su intención de acabar con la guerrilla de los Tigres Tamiles no ha desaparecido. «Nos estamos centrando en la guerra. Podemos acabar con ellos. Están en la selva en este momento y nuestras fuerzas están en la selva en este momento», manifestó.