La electricidad llega a la India rural gracias a la Fundación Vicente Ferrer
En el año 2007 la Fundación Vicente Ferrer puso en marcha un programa de electrificación con el cual se pretendía dotar de luz eléctrica a viviendas situada en las zonas más marginadas y excluidas de la India rural. Las zonas rurales del país apenas tienen acceso a la electricidad, solo un 43% de los hogares frente al 73% de las viviendas urbanas. Para ello se construyó un sistema de alumbrado en calles y viviendas con el cual se ha mejorado de manera notable la calidad de vida. No solo se pueden hacer actividades cotidianas como cocinar sino que los más jóvenes pueden también emplear más tiempo en hacer las tareas escolares o leer.
Tras diez años de actuación en este campo, la FVF ha conseguido que 46 localidades del distrito de Anantapur cuenten con un sistema eléctrico. El alumbrado está bajo la responsabilidad de un organismo gubernamental y la organización interviene cuando este no puede cubrir un pueblo. Pese a estos avances, siempre hay mucho que mejorar. Sagar Murthy, director del sector Hábitat, ha señalado que “numerosas zonas rurales todavía no cuentan con sistemas de electricidad que iluminen los pueblos o colonias al completo, por lo que desde la Fundación han incluido la iluminación como parte de los proyectos”.
Estos sistemas eléctricos se han instalado en las viviendas de nueva construcción que ha levantado la Fundación Vicente Ferrer. En 1996 inició un proyecto para la construcción de casas con materiales permanentes y sólidos y esta acción ha ido evolucionando junto con las necesidades de la población. A día de hoy se contabilizan más de 59.000 inmuebles en los que, además, destaca el empoderamiento femenino, pues están a nombre de las mujeres. También se ha mejorado la accesibilidad de las construcciones para personas con discapacidad y, por supuesto, se ha cuidado el acceso a la luz.
“Estamos en el siglo XXI. Sin electricidad la vida de la gente no puede evolucionar”, apunta Murthy. Ahora ya no es un problema que a las siete de la tarde ya haya oscurecido, pues las familias tienen luz en sus casas y pueden hacer mejor vida, cocinando, realizando actividades cotidianas, entre otros.