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INTERVIDA recuerda que una de cada cuatro personas que padece hambre en el mundo en desarrollo vive en el África Subsahariana

16 de septiembre de 2015 | Todas

Madrid (31/03/2008). Malí es uno de los países más pobres del mundo, en el que un 72% de la población vive con menos de 0.70 euros al día. Enclavado en el corazón del África subsahariana, Malí se enfrenta a importantes problemas climáticos que debilitan su agricultura en las zonas rurales, una productividad que debe mejorarse si se quiere mejorar el estado nutricional de las ciudades y evitar que el país recurra en masa a la importación de alimentos, aumentando su dependencia del exterior. A través de este programa la población obtendrá la autonomía alimentaria suficiente para poder superar su situación de inseguridad alimentaria, a través de intervenciones orientadas a aumentar la cantidad de alimentos que se producen.

Estas circunstancias conducen al país hacia una situación de inseguridad alimentaria, que ha llevado al 28% de la población maliense a estar en una situación de desnutrición, una situación especialmente preocupante en los niños. Entre los menores de 5 años un 33% presenta un peso insuficiente para su edad, y un 38% una altura inferior a lo normal.

Precisamente, dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio se enmarca la pretensión de reducir a la mitad, respecto a 1990, el número de personas desnutridas en el mundo, que se calcula que son más de 850 millones. De ellas, 820 millones se encuentran en los países en desarrollo. Además, un 25% de esos 820 millones se encuentran en el África Subsahariana.

A la vista de esta situación, INTERVIDA en Malí ha puesto en marcha un programa de seguridad alimentaria en apoyo a seis comunidades rurales de Bako, situado en la margen izquierda del río Níger. Los objetivos de este programa son varios: luchar contra el empobrecimiento de los suelos, una de las causas principales de la falta de alimentos; mejorar la producción agrícola, poniendo un énfasis especial en el cultivo del fonio; y aumentar los recursos económicos de los beneficiarios a través de la creación de valores añadidos a su producción tradicional.

A través de este proyecto, INTERVIDA quiere apoyar a las cooperativas de campesinos (agricultores y ganaderos) y a las mujeres productoras de manteca de karité. Este programa cuenta con el apoyo técnico del IER (Instituto de Estudios Rurales) y del CIRAD (Centro Internacional de Investigación sobre el Desarrollo Agrónomo).

Desde hace algunos años un número creciente de explotaciones de las orillas del río Níger no llega a garantizar la autosuficiencia alimentaria de la población. Estas explotaciones se enfrentan a una reducción de la fertilidad de sus suelos, ya que no se renuevan correctamente, y llegan a la saturación. Con el crecimiento demográfico, los barbechos se vuelven cada vez más escasos y mucho terrenos deben encontrar otras soluciones para conseguir la fertilidad de sus suelos.

En este contexto, INTERVIDA apuesta por el cultivo del fonio, un cereal cuya producción no requiere de unos suelos excesivamente fértiles y que se adapta bien a las severas condiciones climáticas de la zona.

Otra de las soluciones para mejorar la fertilidad de los suelos es la integración de la ganadería en la agricultura, que consiste en aprovechar las deyecciones animales para aumentar la cantidad de materia orgánica producida y así poder abonar una importante superficie de cultivo. Un sistema intensivo de ganadería permite, además,  producir una cantidad mayor de materia orgánica para enriquecer la tierra y contribuir al aumento de su productividad.

En este contexto de crisis de la fertilidad de los suelos de la zona, la producción de abono es una de las soluciones seguras para poner remedio a la reducción del rendimiento de los campos de cereales. Actualmente se utiliza un abono más rudimentario, las basuras domésticas, pero a través de este proyecto, desde INTERVIDA se les quiere ayudar a mejorar las técnicas de producción de ese abono para que éste pueda aumentar su eficacia.

Por otro lado, a través del fomento de la producción de la manteca de karité INTERVIDA quiere contribuir a mejorar la seguridad alimentaria de la zona de Bako, ya que con la venta de este producto, que tiene una gran demanda nacional e internacional, se garantizan unos recursos económicos que permiten acceder a una mejor alimentación, ya que a través de la compra de alimentos en los mercados locales se realiza una diversificación de la dieta.