INTERVIDA promueve la tradición indonesa entre los niños de pocos recursos a través de nuevos centros culturales
Madrid (03/06/2008). INTERVIDA, que trabaja en Indonesia con la ONG local Yayasan Metropoli (YMID), ha ampliado su actuación en el archipiélago y cuenta ya con nueve puntos de encuentro culturales donde los niños de escasos recursos económicos pueden conocer y así seguir manteniendo vivas manifestaciones culturales tradicionales como la danza, la música y la pintura, entre muchas otras, que forman parte del atractivo turístico de la zona y, por lo tanto, son una importante fuente de ingresos para sus habitantes que hoy en día se encuentran gravemente amenazadas. En 2006, INTERVIDA se hizo cargo de un pequeño centro cultural situado en una de las zonas más pobres de Bali, Karagasem, con el objetivo de consolidarlo y expandir el proyecto a otras zonas de Indonesia. El origen de este primer centro se remonta al año 2003, cuando la italiana Sabrina Guerin se enamoró de las expresiones culturales de sus gentes y puso en marcha la Rumah Anak -‘Casa del Niño’ en idioma indonesio-, donde ofrecía clases de danzas tradicionales y rituales a niños y adolescentes. Este primer centro cultural se convirtió en el proyecto ‘Cultura para el futuro’, que actualmente se desarrolla en un total de nueve centros culturales repartidos en tres distritos diferentes de las islas de Bali y Java donde se fomentan las expresiones tradicionales y contemporáneas de la cultura a través de actividades dirigidas a los niños, poniendo especial énfasis en que sea la propia comunidad la que dirija el desarrollo del centro y lo conciba como propio. Al empezar a trabajar en Indonesia, INTERVIDA pudo comprobar que el territorio está caracterizado por zonas de una gran densidad de población pero dispersas geográficamente, lo que provoca que las ciudades no estén organizadas en torno a un punto central, sino que crezcan y se desarrollen a lo largo de caminos y carreteras. Además, la falta de cooperación de las comunidades, los altos niveles de corrupción y la ineficiencia de las instituciones estatales, así como la falta de financiación y la ausencia de una política educativa, cultural y de entretenimiento, hacen difícil el intercambio y la difusión de la cultura, por lo que las tradiciones pueden desaparecer si las nuevas generaciones dejan de practicarlas. En este sentido, el principal objetivo del proyecto ‘Cultura para el futuro’ es contribuir a la construcción de una plataforma que sirva para que la población pueda acceder más fácilmente a actividades culturales y recreativas y, de esta forma, se fortalezca la difusión de la cultura local y el intercambio entre grupos, comunidades e incluso países, favoreciendo el conocimiento de los valores tradicionales fundamentales que marcan las diferencias entre las culturas del mundo. El programa se dirige principalmente a los niños, los jóvenes y las mujeres, y pone especial énfasis en mejorar las habilidades artísticas de los más pequeños y proporcionarles acceso gratuito a espacios culturales, además de formarlos en valores, educación cívica y hábitos saludables. Con la intención de beneficiar al mayor número de niños posible, las actividades tienen lugar en espacios ya existentes en las ciudades y así la inversión puede centrarse en los recursos humanos, los profesores y los líderes de los talleres. Asimismo, se busca la participación de las organizaciones sociales para que las propias comunidades sean las que gestionen el proyecto y lo hagan sostenible. Los cursos que ofrecen los centros culturales potencian el aspecto cultural sobre el formativo o el recreativo. Los niños y niñas reciben clases de danza tradicional y gamelan, una orquesta de hasta 30 músicos que usa metalófonos de bronce y bambú, gongs, címbalos, flautas y tambores que se baten a mano. También aprenden batik, una técnica para el pintado de tejidos que consiste en aplicar capas de cera sobre las zonas que no se desean teñir; saab sari, el arte de la cestería con hojas de palma; y cómo elaborar cometas, entre otros.