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Intervida potencia sus acciones de prevención para reducir los daños de los desastres naturales entre las poblaciones más desfavorecidas

16 de septiembre de 2015 | Todas

Madrid (10/10/2006). El segundo miércoles de octubre es el Día Mundial para la Reducción de los Desastres Naturales, una jornada que tiene como objetivo recordar la necesidad de coordinar estrategias para reducir el impacto de los desastres naturales de mediana y gran magnitud en el planeta. Según la ONU, estas estrategias deben estar encaminadas a la reducción de las pérdidas ocasionadas por los desastres, tanto las de vidas humanas como las de bienes sociales, económicos y ambientales de las comunidades y los países.

Una de las regiones del planeta más duramente golpeada por los fenómenos naturales es el sureste asiático. Tanto por su situación geográfica como por su vulnerabilidad, las comunidades de esta zona se ven a menudo afectadas por tormentas, inundaciones, terremotos, tsunamis, ciclones, tifones, erupciones volcánicas y desprendimientos que en los últimos años están aumentando por el cambio climático. Ante la previsión de los expertos de que estos fenómenos naturales van a intensificarse a causa del calentamiento del planeta, INTERVIDA ha apostado por incluir en sus programas de desarrollo en Asia la prevención y el manejo de desastres naturales como medida para fortalecer la resistencia de las comunidades y reducir su vulnerabilidad ante futuros riesgos.

En Filipinas, uno de los países con más volcanes activos del planeta, INTERVIDA tiene un programa de prevención y respuesta ante desastres naturales, bajo la premisa de que los fenómenos no son evitables pero sí lo son las pérdidas humanas y económicas que provocan. Para ello, INTERVIDA trabaja con las autoridades filipinas en la implementación de acciones para que las comunidades conozcan los riesgos potenciales a los que están expuestas y puedan coordinar con rapidez la demanda de ayuda en el caso de que el volcán Mayón –el más activo del país– entre en erupción, un tifón azote el país o se produzca un tsunami, todos ellos fenómenos habituales en esta región. Recientemente, el tifón Xangsane golpeó el país, dejando más de 200 víctimas y numerosos daños sociales y económicos. En la isla de Luzón, la más afectada por el tifón, más de 43 millones de personas todavía intentan recuperar la normalidad después de quedarse sin electricidad, agua, ni comunicaciones, que se van restableciendo lentamente.

Por otro lado, los equipos de Emergencias de INTERVIDA en India están realizando una intensa labor en el sur del país, que fue golpeado por el tsunami que el 26 de diciembre de 2004 asoló el sureste asiático. En India, más de 18.000 personas murieron, un tercio de las cuales eran niños. INTERVIDA lleva estos últimos dos años trabajando en la reconstrucción de Muttom, un pueblo pesquero de 10.000 habitantes a las orillas del Estado de Tamil Nadu, sacudido con fuerza por la ola gigante.

el momento, la organización ha construido 264 nuevas casas y ha rehabilitado otras 286, ha entregado embarcaciones pesqueras, ha reparado catamaranes y ha distribuido más de 10.000 kilos de redes y materiales para la pesca, así como máquinas de coser. Además, ha entregado uniformes y material escolar, y ha construido letrinas y pozos de agua potable en los centros escolares y otros locales municipales de Muttom. Además, INTERVIDA puso en marcha un proyecto de recuperación psicológica especialmente dirigido a los niños para que pudieran olvidar lo antes posible el horror vivido.

Uno de los problemas con los que se encontraron los equipos de INTERVIDA cuando empezaron a trabajar en Muttom fue el lugar en que se iban a construir las nuevas viviendas de los que se habían quedado sin hogar. Según la Ley de Seguridad y Prevención del Gobierno indio, no está permitido construir dentro de los 500 metros inmediatos a la costa. Sin embargo, algunos de los habitantes se mostraron reacios a vivir lejos de sus barcas y aparejos de pesca. Finalmente, se llegó a un acuerdo con el Gobierno para edificar cerca del mar siguiendo unas normas de construcción de los cimientos que han conseguido, al mismo tiempo, devolver a la normalidad la localidad de Muttom y minimizar su vulnerabilidad ante un nuevo fenómeno natural.