Intervida lucha contra la explotación infantil ocasional en el turismo
EP/Madrid
La Fundación Intervida presentó la campaña ‘Dales voz’, «como una plataforma de
denuncia» contra la explotación sexual infantil que sufren los países menos
desarrollados, especialmente en el sureste asiático, y que cometen, según el
director general de la fundación, Juan Manuel Costa, «los turistas de países
desarrollado a los que, de forma ocasional, se les ofrece un menor y lo
aceptan».
Según los últimos datos de Unicef, dos millones de niños en
todo el mundo son víctimas de explotación sexual, cuya «auténtica» causa es la
pobreza, explica Costa. «Las mafias ofrecen a familias pobres que no pueden
alimentar a sus hijos el mismo dinero que ganan en un año por entregarles a un
niño o niña virgen», dijo el director de Intervida, que también apuntó a la
«permisividad» de las legislaciones de algunos países con esta
lacra.
«Pero no nos engañemos -advirtió-. Si hay mercado allí es porque
nosotros vamos», dijo Costa, que explicó que el perfil del abusador es doble:
«el que es simplemente un pedófilo o el turista sexual que al llegar a su
destino, le ofrecen un menor y lo acepta». Por ello, la fundación ha creado un
emblema que «quiere dar voz a los explotados, niños en los que parece que nadie
piensa y a los que nadie escucha».
Los folletos y las chapas con el logo
se repartirán en las agencias de viajes y en empresas del sector turístico para
«crear un estado de opinión» que censure estas prácticas que crecen con el
incremento de viajes y por el aumento de las diferencias entre países pobres y
ricos. El anonimato, la «gran» oferta de menores, «o la lejanía con respecto a
los países de origen y sus convenciones morales, pueden hacer que un simple
turista se convierta en un abusador en un país extranjero», denuncia
Intervida.
«La mayoría de esos explotadores actúan de manera ocasional»,
apuntó Costa, que destacó que eso «dificulta su detención enormemente». «Algunos
justifican su conducta arguyendo que el abuso es culturalmente aceptable en el
país de destino, o que en realidad están ayudando al menor a conseguir algo de
dinero», afirma la asociación, que cifra en cerca de 10.000 millones de euros
anuales el beneficio para las mafias que explotan a menores.
Costa
también denunció la «permisividad» en los países que sufren esta lacra, y el
relativo éxito de la prevención, como es el caso de los países del sureste
asiático, donde el turismo sexual se ha desplazado de Tailandia, destino
habitual, a los países vecinos de la cuenca del Mekong, como Camboya, donde la
fundación tiene previsto nuevas campañas locales de sensibilización.
En
Camboya, una tercera parte de los trabajadores sexuales son menores de 18 años,
y en más de la mitad de los casos, la persona que convenció o vendió a los niños
era algún conocido suyo. El número de turistas internacionales ha aumentado
«considerablemente» en los últimos años, hasta 1,26 millones de personas el año
pasado, datos que, para Intervida, no sólo son «un motor para la economía local,
sino que agrava los problemas ya existentes en lo relativo a la explotación
sexual».