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INTERVIDA apuesta por el deporte como alternativa de ocio para los jóvenes bolivianos

16 de septiembre de 2015 | Todas

En El Alto, una de las ciudades más pobres de Bolivia, el 95% de la población es menor de 30 años y el 53% no ha cumplido aún los 19 años. Sin embargo, la mayor presencia de jóvenes en el área urbana no se traduce en la existencia de actividades organizadas con criterios juveniles. De hecho, la falta de alternativas tanto formativas como de ocio que padecen muchos jóvenes deriva con frecuencia en la aparición de grupos o pandillas, que, en los casos más extremos, tienen un carácter violento. Este fenómeno, que ya ha traspasado fronteras y ha llegado a países como España, es una de las principales preocupaciones del Gobierno de Bolivia, donde el número de bandas ha crecido de manera vertiginosa en los últimos años.

INTERVIDA desarrolla su labor en El Alto teniendo muy presente las necesidades de esos jóvenes. Los equipos de esta organización trabajan con el objetivo de generar espacios dirigidos especialmente a la población infantil, juvenil y adolescente, ampliando la oferta cultural, artística, educativa y de ocio. Para ello, fomentan los puntos de encuentro y formación, de manera que las personas se reconozcan como miembros de una misma sociedad que buscan potenciar sus capacidades grupales e individuales. Siguiendo esta premisa, INTERVIDA ha puesto en marcha en El Alto la Escuela de Deporte, una iniciativa dirigida a más de 5.000 personas que nace para ofrecer a los adolescentes un lugar en el que aprender y practicar deportes.

Esta escuela funcionará durante todos los meses del año, aunque la oferta se ampliará durante las vacaciones escolares de invierno y verano. En este primer año de actividad, se han planificado tres cursos de fútbol sala, baloncesto y ajedrez, con una duración de dos horas a la semana durante dos meses que se organizan en dos categorías, infantil y juvenil. Además, una vez finalizados los cursos, se organizarán campeonatos en los diferentes deportes y disciplinas con los que se quiere fortalecer el trabajo en equipo, la equidad de género y la igualdad generacional.

El Alto es una ciudad bastante joven de Bolivia, tanto en el tiempo de creación como por su población. Surge como un barrio pobre y periférico de La Paz, la capital administrativa de Bolivia, y crece aceleradamente, pasando de los 11.000 habitantes en 1950 a los cerca de 800.000 que tiene en la actualidad. Su nacimiento se relaciona con la migración rural del altiplano paceño, especialmente población que se asentaba en las inmediaciones de La Paz de forma temporal antes de bajar a La Paz y que terminó quedándose en el altiplano. El acelerado crecimiento de El Alto ayudó a conformar una ciudad poco planificada y muy espontánea en su organización. Por otro lado, su ritmo crecimiento –9,2% anual– ha provocado que su población sea muy joven. Se trata de un mundo donde el paso de la niñez a la vida adulta se hace sin apenas transición y nadie sabe exactamente qué hacer con los adolescentes, que son vistos como inevitable fuente de problemas.

Los chicos, entonces, corren el riesgo de ingresar en un círculo de pobreza, exclusión y marginación social que, unido a la falta de programas educativos, culturales, de entretenimiento y deporte adecuados, inducen a la creación de pandillas juveniles. En la mayoría de los casos, los pandilleros son personas que no contaron con los recursos ni las atenciones sociales necesarias para que sus vidas se orientaran por vías de desarrollo para ellos mismos y para su comunidad. No hay que olvidar que las pandillas se conforman por intereses, afinidades y reconocimiento, pues son grupos con sus códigos, normas y procesos.