España dejará de fabricar bombas de racimo
EP/Madrid
Las bombas de racimo desaparecerán de España. Así lo confirmó la ministra de Defensa, Carme Chacón, que explicó que ha iniciado los trámites para la destrucción de las bombas de racimo existentes en nuestro país y que están en manos de las Fuerzas Armadas.
Con esta decisión, la ministra se adelanta a los plazos formales previstos en el Tratado contra las bombas de racimo aprobado el pasado 30 de mayo en la Conferencia Diplomática de Dublín. Fuentes de su Departamento precisaron que las Fuerzas Armadas Españolas disponen de unas 5.000 unidades de estas bombas, que tendrán que ser destruidas en menos de dos años, para lo cual se contratará a una empresa privada.
Durante una visita a la Academia de Ingenieros del Ejército de tierra en Hoyo de Manzanares (Madrid), donde se encuentra el Centro Internacional de Desminado, Chacón afirmó que «España va a situarse a la cabeza de los países que han acordado la erradicación de las bombas de racimo y va a proceder a destruir las municiones de este tipo en el plazo más breve posible».
Para ello, explicó que antes de que acabe el mes de julio va a elevar al Consejo de Ministros una propuesta que establezca una moratoria unilateral sobre el empleo el desarrollo, la producción, la adquisición, el almacenamiento, la conservación o la transferencia de estas municiones, así como para comprometerse en el cumplimiento de las previsiones de la Conferencia de Dublín referidas a la cooperación y asistencia internacionales.
Afirmó que en cuanto el Consejo de Ministros apruebe este acuerdo, las Fuerzas Armadas Españolas tendrán prohibido el uso de este tipo de municiones. Además, precisó que las Fuerzas Armadas Españolas «no han usado este tipo de munición en operaciones», y agregó que España «siempre ha cumplido escrupulosamente con las convenciones sobre prohibiciones o sobre restricciones de armas que puedan tener un efecto indiscriminado sobre la población». Chacón también subrayó que España «fue siempre partidaria» de la prohibición por razones humanitarias de las bombas de racimo, algo que se inició en el proceso de Oslo de febrero de 2007, y que se volvió a comprobar en la Conferencia de Dublín del 30 de mayo de 2008 «cuando se decidió la completa erradicación de este tipo de munición».
«El tratado resultante de esta Conferencia, al que se han adherido ya más de cien países, obliga a prohibir estas municiones, incluyendo el empleo, el desarrollo, la producción, la adquisición, el almacenamiento, la conservación y la transferencia de municiones de racimo que causen daños inaceptables a los civiles», expuso.
La ong ecologista, Greenpeace, ha sido una de las primeras en reaccionar positivamente. Tal y como aparece en su página web, Greenpeace «considera este anuncio un paso histórico y felicita al Gobierno español por la decisión de destruir en menos de dos años su arsenal, cifrado en 5.000 unidades».