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Las mujeres de Tánger se manifestan en contra del acoso que sufren por los hombres

1 de septiembre de 2017 | Mujer

Unos días atrás, un hombre realizaba comentarios en alto discriminatorios hacia una joven musulmana. La chica paseaba por la Plaza de Francia situada en el centro de Tánger, llevaba una minifalda. Cuando el hombre mayor dijo en alto: “Una buena musulmana no puede ir así por la calle, luego se quejará si la violan”. Los demás hombres que se encontraban a su alrededor se rieron y asintieron con la cabeza.

Este otro acto también pasó desapercibido ante la mirada de los transeúntes de Tánger. Un joven que no llegaría a la mayoría de edad, en una parada de taxis, se acercó a una mujer y le tocó el culo con las dos manos mientras el resto de sus amigos reían ante la situación.

Por desgracia, en Marruecos este tipo de comportamientos no son aislados. El acoso está a la orden del día, pero permanece invisible. Ser mujer en tal país es un sufrimiento. Muchas mujeres sufren acoso de todo tipo, con palabras, miradas o comentarios.

El miércoles, en la Plaza de las Naciones de Tánger, se convocó una manifestación en solidaridad con las víctimas de este tipo de violencia que sufren las mujeres en Marruecos. Un encuentro poco habitual en un país africano donde no es habitual observar cómo las mujeres se hacen con las calles.

En la manifestación acudieron también hombres que apoyaban a las mujeres explicando “Aquí hay una mentalidad muy machista que se lleva al extremo con violaciones todos los días. Se necesita educar a los chicos desde niños y castigar a los agresores con penas muy duras”. “Hay mucha impunidad”, añade.

El principal problema es que muchas mujeres que son violadas no denuncian porque luego no son bien señaladas ante la sociedad que les rodea. Un acto que califican de terrible y que ha de cambiar.

Una estudiante habla de su situación como mujer y explica: “No podemos andar tranquilas. Los hombres nos ven como un objeto sexual, creen que tienen derecho en hacer con nosotras lo que quiera, a violarnos e insultarnos. Vivir con eso es muy duro”.