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Emergencia en Madagascar por una epidemia de peste pulmonar

3 de noviembre de 2017 | Ayuda humanitaria, Cooperación internacional

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En dos meses y medio se han registrado 849 casos de peste pulmonar, una enfermedad que es endémica en Madagascar. La cifra es alarmante, pues supone duplicar la cifra que se registra anualmente y todo ello en apenas 60 días. Las alarmas saltaron a principios de agosto de 2017 y en Acción contra el Hambre alertan de que la plaga no deja de crecer y se trata de un mal que puede resultar letal de no tratarse a tiempo.

Olivier Le Guillou, director de acción de la ONG en Madagascar, explica que “la peste es endémica ene l país y resurge cada año. Generalmente se trata de la peste bubónica, que se desarrolla en zonas rurales y no se puede transmitir de una persona a otra”. La gran preocupación viene dada por la singularidad de esta e-idea, pues es una plaga pulmonar “altamente transmisible, presente en áreas urbanas que cumplen todas las condiciones para su rápida propagación”, añade Le Guillou.

Para parar el contagio hay que emprender medidas preventivas. Acción contra el Hambre señala que ya se han prohibido las reuniones públicas y los trabajadores de la salud, especialmente expuestos a ella, están recibiendo su tratamiento médico para prevenir que adquieran la enfermedad. Los síntomas se asemejan a los de la gripe, con periodos de incubación que van de uno a tres días, fiebre alta, dolor de cabeza, debilidad generalizada y dolor en el pecho que puede progresar a una neumonía severa. Caroline Antoine, experta en salud de Acción contra el Hambre reseña que “sin tratamiento adecuado, en 48 horas el resultado es mortal”.

El equipo de Acción contra el Hambre trabaja con las autoridades sanitarias y los organismos internacionales para establecer una serie de protocolos que protejan y controlen respecto a la infección. “La epidemia está ante nosotros”, dice Olivier Le Guillou. “No hemos alcanzado su pico pero la propagación está siendo sorprendente”. El desafío, más allá de la atención médica, está en movilizar a las comunidades para luchar contra la epidemia y proporcionar apoyo psicológica a las personas infectadas y su entorno. Al ser transmisible fácilmente de un individuo a otro por inhalación de aire, la ONG apunta que la gravedad es doblemente peligrosa.