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La radiactividad no importa

10 de marzo de 2016 | Medio ambiente, Salud

Fukushima_GTRES

En 2011, un terremoto y un tsunami afectaron a la centra nuclear de Fukushima, evidenciando que este tipo de energía no es tan segura como se quiere dejar ver. Debido a estas catástrofes naturales hubo varias explosiones y la radiactividad afectó tanto a los trabajadores de la central como alas poblaciones cercanas, cuyos habitantes tuvieron que ser evacuados.

Ahora, Greenpeace ha realizado un informe sobre la situación que viven Chérnobil y Fukushima, dos de los lugares en los que ha habido un desastre nuclear y, en el caso de Fukushima, se ha determinado que todavía hay 13.000 km2 de suelo contaminado en este territorio japonés.

A pesar de este dramático dato, muchos de los habitantes que fueron evacuados tendrán que volver a sus casas en 2017, sin importar que la radiactividad sea peligrosa para su salud. En concreto, la radiactividad en este área es muy superior a la cifra fijada por la comunidad internacional y, dependiendo de la zona, entre dos y diez veces mayor que lo que permite el gobierno japonés.

La unidad de medición de la radiactividad es el sievert y la comunidad internacional aconseja no exponerse a más de 1/microsievert al año. Sin embargo, Greenpeace ha podido comprobar que en algunas zonas cercanas a Fukushima este dato es de entre 2 y 12/microsievert a la hora. Por este motivo, una persona no podría estar más de ocho horas fuera de su casa si no quiere superar los niveles permitidos y no perjudiciales para su salud.

Greenpeace también ha podido comprobar cómo el gobierno nipón no está llevando a cabo suficientes labores de descontaminación y, además, se ha constatado cómo la contaminación vuelve a las zonas que ya se habían limpiado, dejando en evidencia que esta radiación no puede eliminarse, sólo trasladarse.

Además de la tierra, el agua también se podría estar viendo afectada, pues se están haciendo numerosos vertidos al océano.

Los habitantes de estas zonas están preocupados y las ayudas que el gobierno les ofrece son insuficientes (unos 600€ al mes). Se cree que algunas zonas no podrán ser habitadas nunca y que, por este motivo, algunas familias que tuvieron que separarse tras la catástrofe para ser reubicadas no podrán reencontrarse nunca.

Entre los efectos en la salud que se han podido conocer sobre la radiactividad en Fukushima está el aumento del cáncer de tiroides entre niños y niñas, así como un incremento de las personas con depresión, ansiedad y estrés postraumático. A pesar de estas evidencias, no se conocerán a ciencia cierto los efectosde la radiactividad hasta dentro de unos años.