¡No a la pena de muerte!

Un año más Amnistía Internacional ha publicado su informe anual sobre pena de muerte y, este año, los resultados son alarmantes.

Por primera vez desde 1989, han aumentado las sentencias a pena de muerte, practicada sobre todo en países como Pakistán, Arabia Saudí o Irán. De hecho, un 90% de las muertes de este tipo se han producido en estos países árabes.

En 2015, al menos 1.634 personas murieron de esta forma cruel e inhumana, doblando las ejecuciones del 2014 y llegando a una de las mayores cifras jamás registradas por Amnistía Internacional y eso que no se cuenta la llevadas a cabo en China, donde las ejecuciones son un secreto de estado pero se presupone que habrá habido miles.

A pesar de que los países que llevan a cabo la pena de muerte son cada vez menos, la cifra de muertes es alarmante y la comunidad internacional debería hacer algo por evitarlo. Que en pleno siglo XXI haya gente que muera, sea lo que sea lo que ha hecho, es un atentado contra los derechos humanos y el derecho a la vida.

En mi opinión la pena de muerte debería desaparecer. Se ha probado que no es más efectiva que otro tipo de penas y no disuade a otras personas a cometer los mismos delitos que aquellos que fueron juzgados. Además, teniendo en cuenta en los países que se realiza, muchas de estas condenas ni han sido sometidas a un juicio justo y son simplemente por motivos ideológicos o políticos.

Amnistía Internacional informa cada año de esta injusticia que vulnera los derechos fundamentales de las personas, pero esta concienciación no es suficiente. Pido que la Comunidad Internacional se ponga en pie de guerra contra esta forma de tortura y se prohíba a los países que todavía no la han abolido que puedan juzgar con este tipo de pena, sea cual sea el delito que se ha cometido.

¡Basta ya! ¡Firma ahora contra la pena de muerte!