¡No a la compra de mascotas exóticas!

Muchas personas se empeñan en comprar «mascotas exóticas» porque quieren tener un animal de compañía diferente, porque se obsesionan con animales difíciles de ver o, simplemente, para fardar ante los amigos. El caso es que estas mascotas son exóticas y, como se puede deducir de su propio nombre, NO son para tenerlas en casa.

Las iguanas, los cerdos vietnamitas, los perezosos, las serpientes o los gatos de bengala han comenzado a ser populares porque famosos, y no famosos, alardean en las redes sociales de su existencia. Pero tener estos animales en casa conlleva problemas, para dueños y mascotas.

En primer lugar, este tipo de especies suelen ser salvajes, por lo que no están acostumbradas al trato con humanos y necesitan espacio para poder vivir en condiciones. Además, su alimentación básica puede ser difícil de conseguir, son animales que viven en selvas o desiertos y en nuestro país no se encuentran los insectos, ratas u otros animales de los que se alimentan. Además, el clima tampoco es el adecuado.

Por otro lado están los problemas de tráfico ilegal: monos, simios, aves y reptiles son transportados ilegalmente en condiciones deplorables y vendidos al mejor postor. Comprando este tipo de animales en el mercado negro contribuimos a que este negocio siga creciendo.

Además hay muchos más problemas: estos animales, cuando crecen, suelen ser abandonados por las familias porque ya no tienen sitio para ellos en las casas, se vuelven agresivos o, directamente, su mantenimiento se vuelve muy costoso. Por este motivo son abandonados, generando problemas medioambientales, la desaparición de otras especies o, incluso, problemas sanitarios.

Por todo eso pido al Gobierno que prohíba la compra de animales exóticos y que conciencia a la sociedad de que tampoco lo haga en el mercado ilegal. Hay que hacer ver que este tipo de especies no han nacido para ser domesticadas y, por mucho que nos empeñemos, están mucho mejor en sus países de origen y en el ecosistema en el que han nacido.

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