¡Más respeto para los mendigos!

Esta semana podíamos ver en los programas deportivos de televisión cómo unos hinchas del PSV Eindhoven, que se enfrentaba contra el Atlético de Madrid en Champions Leage, humillaban y degradaban a unas gitanas que pedían limosna en la Plaza Mayor de Madrid.

Algunos impresentables empezaron a reírse de ellas y a tirar monedas al suelo para que ellas se agacharan a recogerlas. Otro grupo de impresentables empezó a quemar billetes y a tirarlos a su lado para que las mujeres los recogieran todavía ardiendo. E, incluso, hubo otros tantos ‘graciosetes’ que se pusieron a bailar ‘break dance’ al lado de las personas que estaban pidiendo diciéndoles que si lo repetían, les darían dinero. Un espectáculo lamentable, con mayúsculas.

A pesar que de tanto la alcaldesa como la presidenta de la Comunidad de Madrid han denunciado estos actos y pedido responsabilidades al embajador holandés, la humillación y el desprecio que debieron sentir esas personas no se arregla con un simple lo siento.

Ayer, de nuevo, volvió a suceder algo parecido en Roma. Unos seguidores del Sparta de Praga, que se enfrentaba a la Lazio, orinaron encima de una mendiga que pedía limosna en el puente de Sant’Angelo. Primero estuvieron simulando que lo hacían, pero finalmente uno de ellos llevo a cabo esta acción y la mendiga no pudo más que levantarse e irse. Muy triste.

Estos son hechos puntuales, pero lo cierto es que los mendigos, en muchas ocasiones, son insultados, vilipendiados e, incluso, agredidos por jóvenes y no tan jóvenes que creen que es divertido hacer daño a estas personas tan vulnerables.

Muchas veces es el alcohol el que propicia estas malas conductas, pero no es algo con lo que excusarse. Es vergonzoso que la gente sea capaz de hacer algo así, hay mendigos que han sido quemados vivos mientras dormían, los roban sus pocas pertenencias y los humillan públicamente por el mero hecho de pasar un buen rato.

Por todo esto tengo dos peticiones, la primera para la sociedad en general: seamos más humanos y no tratemos de reírnos de gente que lo está pasando mal y necesita unas monedas para poder comer. La segunda es para las autoridades y organismos pertinentes: comencemos a penar este tipo de comportamientos, que no deberían tener cabida en una sociedad civilizada.

Gracias.