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La aplicación de la inyección letal viola la ética médica

16 de septiembre de 2015 | Todas

EP/Madrid

El personal médico y de enfermería no debe participar en ejecuciones ordenadas por el Estado por ir en contra de su juramento ético, afirmó Amnistía Internacional (AI) en un informe. El informe, titulado ‘Ejecución por inyección letal: un cuarto de siglo de muertes por envenenamiento a manos del Estado’, examina las repercusiones jurídicas y éticas de la utilización de la inyección letal en distintas partes del mundo.

«Los profesionales de la salud reciben información para trabajar en favor del bienestar del paciente, y no para participar en ejecuciones ordenadas por el Estado. La manera más simple de resolver los dilemas éticos que plantea el uso de personal médico y de enfermería para matar es proceder a abolir la pena capital», dijo el coordinador de Salud y Derechos Humanos de Amnistía Internacional, Jim Welsh.

«El uso de la inyección letal no resuelve los problemas inherentes a la pena de muerte: su crueldad, su carácter irreversible, el riesgo de que se ejecute a una persona inocente, su aplicación discriminatoria y arbitraria, y su inutilidad para el control efectivo de la delincuencia», señaló Welsh. «Los gobiernos ponen a los profesionales de la medicina y la enfermería en una situación imposible al pedirles que hagan algo que contraviene su juramento ético», añadió.

«En el seno de la profesión médica hay un consenso global sobre el hecho de que la participación de profesionales de la salud en ejecuciones, especialmente cuando se utiliza un método que aplica las tecnologías y conocimientos de la medicina, es una violación de la ética médica; sin embargo, hay profesionales que participan en tales ejecuciones«, dijo el miembro de Amnistía Internacional.

«Recientemente, los organismos profesionales se han pronunciado enérgicamente sobre este abuso contra la ética, pero los gobiernos tratan de ocultar la identidad del personal médico que participa en ejecuciones a fin de protegerlo del escrutinio de sus colegas profesionales», añadió Jim Welsh.

Abolición de la pena de muerte

Amnistía Internacional instó a los líderes mundiales a abolir la pena de muerte y que aprovechen la oportunidad que les brinda el actual periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU para debatir la posible suspensión de las ejecuciones.

Además, la profesión médica ha expresado su preocupación por el hecho de que, de aplicarse una cantidad insuficiente de tiopental sódico, una de las tres sustancias que se utilizan en las ejecuciones por inyección letal, el efecto anestésico puede pasar antes de que se paralice el corazón del condenado, lo cual lo expondría a sufrir un dolor insoportable cuando la tercera sustancia penetra en las venas y se produce el paro cardiaco. Debido a la parálisis muscular causada por el bromuro de pancuronio, al condenado le resultaría imposible informar de la situación a quienes lo rodean, adviertió AI .