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INTERVIDA lucha en Bolivia contra la fasciolasis hepática

16 de septiembre de 2015 | Todas

Madrid (20/04/06). La extrema pobreza que afecta a algunas poblaciones es un factor importante para la aparición de enfermedades relacionadas con hábitos higiénicos, manipulación y conservación de alimentos. En los últimos años se ha observado un alarmante aumento de las infecciones provocadas por parásitos, entre ellas la fasciolasis hepática, una enfermedad que padecen entre 1,7 y 2,6 millones de personas en el mundo. Bolivia es el país con mayor incidencia de esta enfermedad, registrando zonas endémicas como la comunidad de Chijipata Alto, en la que el 68% de la población padece fasciolasis. Para paliar esta situación, INTERVIDA ha puesto en marcha un programa de control de la fasciolasis en la comunidad boliviana de Huacullani, situada a orillas del lago Titicaca.


 


Hasta la década de los noventa, la fasciolasis se consideraba una infección parasitaria que afectaba principalmente al ganado ovino y vacuno, mientras que los casos en humanos afectaban a un número reducido de personas. Sin embargo, en la actualidad la enfermedad se ha extendido entre los humanos y el número de casos sigue en aumento.


La fasciolasis causa importantes daños físicos como la obstrucción de los conductos biliares, lesiones hepáticas, ictericia, aumento del tamaño del hígado, desnutrición, diarreas, vómitos, deshidratación y, en casos extremos, la muerte. Por otro lado, también tiene importantes consecuencias económicas, puesto que muchos animales mueren y otros sufren una importante disminución de la producción de leche y carne, además de los gastos que exigen las medidas profilácticas y terapéuticas.


 


Según los estudios epidemiológicos realizados por el Instituto Gastroenterológico Boliviano-Japonés, la totora y el berro -plantas que crecen a las orillas del Lago Titicaca- son la principal fuente de infección de fasciolasis. Además, la acumulación de agua estancada y la manipulación de abono orgánico contribuyen a la prevalencia de la enfermedad. Los animales contraen la infección al ingerir los vegetales que crecen en el agua contaminada o incluso, al beber ese agua. El hombre contrae la enfermedad al ingerir animales, vegetales o agua contaminados y también participa en la transmisión por eliminación fecal de huevos contaminados, continuando así el ciclo.


 


En Bolivia, las comunidades localizadas entre el Lago Titicaca y el valle de la ciudad boliviana de La Paz registran las tasas más altas de incidencia de esta enfermedad, con tasas de hasta el 68%, frente al 14% de media nacional. Para paliar esta situación, los equipos de INTERVIDA en Bolivia han puesto en marcha un proyecto de control de la fasciolasis humana en la comunidad de Huacullani -situada en las orillas del lago Titicaca- que contempla acciones relacionadas con el diagnóstico, el tratamiento, la investigación y la prevención tanto en personas como animales.


 

El proyecto se desarrollará en tres años y beneficia a 174 familias. Como primera acción, se está elaborando un estudio que permita conocer la situación sanitaria de la comunidad. Posteriormente, se llevará a cabo una labor de sensibilización para que la comunidad conozca la enfermedad, además de sesiones de capacitación al personal sanitario, los docentes y las familias para la prevención de fasciolasis, tanto humana como animal. Todo ello se completa con el tratamiento de las personas y animales que padecen la enfermedad, así como la administración de medicamentos de prevención para evitar epidemias.