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Greenpeace alerta de la influencia humana en la desertificación

16 de septiembre de 2015 | Todas

EP/Madrid
La organización ecologista Greenpeace alertó, ante la celebración del Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía (que se celebra el 18 de junio), sobre la influencia humana en la desertificación, que es además una de las mayores amenazas medio ambientales a escala mundial.

Así, la sobreexplotación de los recursos hídricos, la tala indiscriminada de bosques, la agricultura intensiva (a menudo asociada al uso de variedades transgénicas) y el sobre pastoreo, los incendios y la ocupación del suelo para el negocio inmobiliario resultan en gran parte responsables de esta situación, según la organización.

Greenpeace recordó que España es el país más árido de Europa, ya que según la ONU, un tercio de su superficie sufre una tasa muy elevada de desertificación y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible. Las zonas más afectadas por este fenómeno son la vertiente mediterránea y las Islas Canarias.

«La desertificación es fundamentalmente un problema de desvinculación entre los recursos naturales y el sistema socio-económico que los explota, o sea, es ante todo un problema de desarrollo sostenible», declaró la responsable de la campaña de energía y cambio climático de Greenpeace, Sara Pizzinato.

La organización ecologista reclamó medidas urgentes que impidan seguir perdiendo, cada año, millones de toneladas de suelo arrastrados por el agua y el viento junto con las especies que ahí se albergan como consecuencia del avance de los procesos de desertificación.

Así, Greenpeace exigió al Gobierno que cambie la política hidráulica tradicional centrada en la ejecución de grandes obras, que ha demostrado su ineficacia, hacia una gestión más hidrológica y ambientalista ya que el agua es un bien escaso y limitado, por lo que la solución a la escasez está en una gestión racional y de fomento del ahorro.

Además, pidió que se reduzca la emisión de gases de efecto invernadero para cumplir con Kioto, con una fuerte apuesta para el ahorro energético y la gestión de la demanda de energía y la sustitución de las centrales térmicas y nucleares por renovables. Además pide un Plan Nacional de Asignación para 2008-2012 riguroso con el Protocolo de Kioto. Y que se tengan en cuenta parámetros medioambientales en la política energética. Actualmente está centrada en producir electricidad sin tener en cuenta los efectos del cambio climático y la escasez de los recursos hídricos.

Otra de las reclamaciones de Greenpeace es que la política forestal esté acorde con las necesidades del país más árido de Europa, con medidas de reforestación y de control del suelo urbanizable, lucha contra incendios y talas indiscriminadas, que se protejan los bosques primarios promoviendo el uso de madera certificada FSC.

Finalmente, pidió que prime la agricultura ecológica y el uso de variedades locales adaptadas al clima en detrimento de los monocultivos intensivos y de las variedades transgénicas, altamente demandantes en agua, productos químicos y petróleo; y que se ponga freno a la edificación desaforada asociada a la construcción de campos de golf, sobre todo salvaguardando las costas.