Estados Unidos costeará los cambios de sexo a sus militares
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han aprobado pagar los costes de las operaciones de cambio de sexo de sus soldados. Además, serán responsables de una parte de los gatos de tratamientos similares para las familias de estos.
Un cambio drástico y sorprendente teniendo en cuenta que hace cinco años la institución no admitía a homosexuales en sus filas y que hace cuatro meses no aceptó el ingreso de personas que habían cambiado de sexo. Además de suponer una distinción entre los militares que reciben el tratamiento pagado por el contribuyente y el resto de la población que tienen que pagárselo ellos mismos.
Desde el punto de vista económico esta medida no supone un gran gasto, tan solo un grano de arena de una montaña. El Pentágono estima que el coste del programa será entorno a los 7, 5 millones de euros en un presupuesto que ronda más del medio billón de euros, sumando el gasto de la NASA (destinado para misiones), el Departamento de Energía (destinado al mantenimiento de bombas atómicas) y la CIA (que gasta tres veces más que España en defensa). Cada operación de cambio de género supone un coste 7.000 y 50.000 dólares, es decir, 6.200 a 44.000 euros.
Esta nueva normativa no ha sido acogida con los brazos abiertos por el Centro de Preparación Militar y la Alianza de Capellanes Militares por la Libertad Religiosa, quienes han criticado el uso del dinero del contribuyente para esta medida, que según ellos no tiene nada que ver con la defensa. Por otro lado, el Centro Nacional por la Igualdad Transgénero defiende que el cambio es insuficiente porque no financian a todos los familiares soldados que quieran un cambio de sexo.
Destacar que los ciudadanos estadounidenses tiene que contratar seguros médicos con valor de 500 dólares mensuales y no cubren la quimioterapia y tampoco operaciones de cambio de sexo porque se consideran cirugía estética.
La primera militar beneficiada ha sido Chelsea Manning, conocida anteriormente como Bradley Manning y condenada a 35 años de cárcel por filtrar documentos internos del Departamento de Defensa y varios vídeos de Irak y Afganistán a la organización Wikileaks. La misma que en septiembre intentó suicidarse por su deseo de cambiar de sexo.
